Artículo de opinión publicado en El Economista, sección Opinión / Salud, Dinero y Negocios por Marielena Vega.
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La llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos será más que benéfica, compleja pero benéfica para México, así lo perciben analistas y el sector empresarial en territorio nacional, aunque no se descarta que se pierda el grado de inversión en 2022 si no se establecen mejores mecanismos para la recuperación económica, impulso de inversión y dar certeza jurídica.
Con Biden, demócrata y Cámara de Diputados demócrata, EUA presionará más a México en el cumplimiento del Capítulo Laboral del T-MEC, no hay que olvidar que la congresista Nancy Pelosi, demócrata, nombró a tres del Consejo de Expertos sindicalistas importantes.
Así que ahora el Partido Demócrata tomará control de la Agencia para la aplicación del T-MEC, mediante las Secretarías del Trabajo, Economía y Tesoro, nombrará a los attachés laborales, así que se prevé que el Gobierno Americano usará todo su poder para que México cumpla la Reforma Laboral, máxime que los sindicatos americanos son parte del Partido Demócrata, que han insistido en la violación a los derechos de asociación sindical y contratación colectiva en México.
Es más, el abogado Ricardo Martínez, asegura que EUA utilizará en cuanto pueda el Sistema de Solución Rápida para Controversias Laborales como presión para que México cumpla con las obligaciones laborales, además de todos los esquemas de cumplimiento que establece el The Implementing Law.
Situación que orilla a que México cumpla con la Reforma Laboral, que firmó con Donald Trump, y revise la labor de los sindicatos, lo cual sería muy benéfico para que se queden los reales. Lo cual es mucho que decir, se habla que sólo 30% de los 700,000 sindicatos cumplen con las nuevas normas internacionales. O será que ahora sí harán una limpieza.
En fin, lo cierto es que vamos a tener que apostarle a adaptarnos a Biden, a energías limpias, a impulsar la inversión y a una relación más o menos estable, no tiene México mucho margen para moverse si es que quiere avanzar en su economía.
Y si bien es cierto, México y EUA tienen una relación que les conviene a ambos mantener estable, la realidad es que EUA lleva el control.
La recuperación del vecino país y principal socio comercial es un gran aliciente y detonante para la mexicana, pero no es la panacea, se deberá seguir avanzando en la aplicación de leyes y compromisos que se tienen con el T-MEC, el nuevo gobierno de Estados Unidos no operará en redes sociales, sino en la realidad.
Los mercados accionarios están reaccionando positivamente a la elección de Biden, y se espera una nueva aportación para la reactivación económica de Estados Unidos y claro, que ello, beneficia la economía de México, vía importación y exportación.
Las empresas se están endeudando sin estímulos, y después podríamos ver quiebras. Y si no hay programas para impulsar el detonante de la inversión será complejo esperar otra cosa que no sea una economía que tarde más su recuperación.
El endeudamiento está acorde al grado de inversión, la deuda de Pemex, bajo la dirección de Octavio Romero Oropeza y la de CFE, que encabeza Manuel Bartlett pueden ensombrecer el panorama, no hay ningún país excepto India que tenga grado de inversión con 60% de deuda del PIB.
Hay tres temas torales entre EU y México: migración, seguridad y comercio, así que una reforma migratoria se avizora, así como fortalecer la seguridad y dar certeza jurídica.
