Las claves para ser una empresa donde todos quieran trabajar aun desde casa

Nota publicada en Expansión, sección Carrera por Nancy Malacara.
Lea la nota en su fuente original

Tener una buena marca de empleador facilitará a las compañías captar talento, reforzar el compromiso de sus empleados y mejorar la reputación como empresa hacia los inversionistas y clientes.

En el caso de las nuevas contrataciones, Norma Godínez, directora de recursos humanos de la firma, cuenta que recurrieron a socios logísticos para enviar un kit personalizado de contratación a cada nuevo integrante. El paquete incluye el contrato para firmar, la información del líder de área y artículos promocionales de la institución contratante. Un vaso, libreta, pluma y pin son algunos de ellos.

Después, los nuevos compañeros inician un entrenamiento de 90 días. A través de videoconferencias, se les da un panorama de la compañía, los procesos, valores y políticas internas. También son presentados al resto de los compañeros y el líder les da un seguimiento para que sepan cómo realizar sus funciones y medir resultados.

En cuanto a los miembros que ya son parte de la compañía, Godínez agrega que ajustaron sus políticas internas para que todos los comportamientos de los empleados estuvieran alineados a los principios de la organización.

“La mayoría de los líderes que hay en la empresa son generación X, pero hay algunos millennials. Mientras unos textean, otros prefieren hablar cara a cara, sobre todo temas delicados. Y aunque existen los emojis para añadir emoción en un texto, es muy fácil caer en malinterpretaciones. Así que homologamos comportamientos por escrito para hacer la relación más sencilla”, detalla.

Esto los ha ayudado a cuidar su imagen corporativa frente a los empleados. Sin embargo, los líderes todavía tienen retos importantes. Escobar advierte que 2021 abre la puerta para que los líderes adquieran la habilidad de la escucha, que sean más empáticos, que establezcan metas alcanzables y retroalimenten a su equipo.

“Al ser quienes guían y motivan a los colaboradores, deben ejercer un rol modelo de liderazgo y trabajar con recursos humanos y marketing para construir una marca empleadora, basada en una cultura organizacional más flexible y humana”, agrega.

Otra clave para mantener la reputación en el mercado es mediante la obtención de certificaciones, aparición en rankings y realización de encuestas para conocer el bienestar de los empleados y de la compañía.

De las empresas que han recibido la certificación Top Employers en el último año, ocho de cada diez han utilizado el sello certificado para hacer networking digital y mantener su reputación en el mercado. Y nueve de cada diez han recurrido al benchmark para fundamentar su estrategia en el cuidado de la marca empleadora.

Los expertos consultados coinciden en que una buena manera de enriquecer la marca empleadora es que un colaborador publique en sus redes sociales que está orgulloso de pertenecer a la organización para la que trabaja.

“Un empleado que se siente escuchado y valorado por la empresa tendrá más nivel de compromiso. Su orgullo impedirá que renuncie y además impactará de forma positiva en la construcción de la marca empleadora”, comenta Escobar.

Implicaciones legales

En el artículo 47, fracción II, la Ley Federal del Trabajo establece que un trabajador puede perder su contrato si comete faltas o daños a la empresa. El abogado laboral Óscar de la Vega explica que esto incluye un mal uso de la imagen corporativa a través del uso de redes sociales, ya sean personales o de la misma compañía.

“La ley lo menciona de una forma muy general, pero con la regulación del teletrabajo, corresponde a las empresas modificar sus lineamientos internos. En ellas está delimitar qué está permitido y qué no, con el fin de evitar un daño patrimonial”, detalla.

De acuerdo con el abogado, las sanciones por perjudicar la marca empleadora pueden ser desde una amonestación verbal, un acta administrativa, suspensión temporal sin goce de suelo hasta la rescisión del contrato. Asimismo, con el auge del home office es oportuno que las organizaciones modifiquen sus políticas internas y que las actualicen por lo menos cada dos años.